De turista por mi ciudad

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¿Lo habéis hecho alguna vez? Yo lo hago cada vez que vuelvo a Pamplona, donde nací y de donde me siento. Confieso que cuando estaba en el colegio y después en la universidad lo único que quería era terminar de estudiar para irme a vivir fuera de Pamplona. Madrid, Bilbao, incluso el extranjero. Cualquier sitio me parecía estupendo para alejarme de la rutinaria Pamplona, de sus domingos por la tarde lluviosos, de sus cafeterías atestadas de señoras tomando tostadas con mermelada y nata, de sus obligaciones, de su monotonía.

Y lo conseguí. Primero me marché a Madrid, después a Bilbao y después a Vitoria. Y más tarde me fui a Escocia y después volví a Vitoria.  Supongo que ha pasado el tiempo suficiente como para que cada vez que vuelvo a Pamplona me entre un poco de nostalgia y disfrute haciendo cosas que antes me aburrían soberanamente (mira que somos complicados los seres humanos…).

No suelo ir mucho, las cosas como son, pero cada vez que voy Pamplona vuelve a cambiar. Cierran unas tiendas, abren otras, han echo obras aquí, han peatonalizado allá… Y mis padres y mis amigas, que están al cabo de la calle, me hacen un resumen exhaustivo de cómo está el callejero.

Sin duda, lo que más me gusta de Pamplona caundo vuelvo es salir a tomar un vinito con un buen pintxo. Soy de las que pienso que la capital navarra (o la misma Vitoria) nada tienen que envidiar a las ciudades con más fama, desgraciadamente desde luego en el precio pero, sin duda, en la calidad que superan con creces. Uno de los lugares favoritos de mi madre y mío (solemos salir juntas al vermú para ponernos al día) es el Gaucho, un bar en la calle Espoz y Mina de Pamplona, ganador en reiteradas ocasiones de numerosos concursos de pintxos pero, lo que a mi más me importa, el bar donde comerte el mejor pintxo de anguila del mundo mundial. Son famosos sus bocaditos de foie a la plancha, su morcilla crocante, sus erizos de mar… pero mi madre y yo nos quedamos con la anguila. Y eso que no es fácil elegir…

Pero siempre con el mismo resultado:)

El Gaucho es el preludio de otro bar y en este punto depende de lo que nos ofrezca el día de la semana en el que estemos. Dice mi madre que somos como las señoras ricas, que se permiten el lujo de vermutear por el casco pamplonés un lunes por la mañana. Y no le falta razón. El único problema es que el sitio al que te apetece ir es probable que esté cerrado, pero siempre hay una alternativa. Esta mañana ha sido el Otano, otro clásico de la calle San Nicolás, famoso por su restaurante pero creo que mucho más por su barra de pintxos y por su marcha de sábado noche. Dependiendo de la época del año es imposible moverse por aquí. En días como el de hoy, mi madre y yo siempre recordamos la odisea de atravesar San Nicolás una mañanica de San Fermín para intentar ir al encierro o a las dianas, esquivando gaupaseros y charcos de todo tipo de líquidos bebibles y corporales…

Del Otano nos chiflan las gildas, creo que mi pintxo favorito y que en Pamplona llamamos pajaricos. Me gusta llamarles así, me recuerda a los vermús de cuando era pequeña y salíamos a tomar algo como ocasión especial.

Las cafeterías a las que mis padres iban cuando yo era pequeña ya no existen. Era una cadena llamada Florida y sus locales de San Fermin, Carlos III y San Ignacio han sido escenarios de mi infancia. Pese a que a veces renegaba tanto cuando era una cría, hoy es una de las cosas que echo de menos en Vitoria, que no existe esa costumbre de salir un sábado por la tarde a merendar un café con un bollo o una tostada. Las tostadas de mermelada y nata de Florida, sus miniaturas para los días de celebración, sus pasteles de fresa con nata, sus brazos de gitano, sus bollos y sus huesos (una pasta alargada con la misma receta de las rosquillas), sus buñuelos, su huevo hilado, y ese olor a café recién hecho, a bollería de verdad, son recuerdos que tengo grabados en la nariz. Y que seguramente han forjado mi gusto por salir a desayunar por ahí.

¿Quién sabe? Quizá esa parte de mí es la que se pone en marcha al amasar un brioche…

Si vas a Pamplona esta Semana Santa o en cualquier momento, estaré encantada de recomendarte alguno de los sitios que más me gustan. Allá donde fueres, haz lo que vieres:)

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