Bread break

A veces me acuerdo de mis tiempos escoceses y me da por poner títulos en anglosajón que me gusta como suenan. Y no es que vayamos a romper ningún pan ni tampoco es un nuevo tipo de baile que se estile entre los panaderos caseros. Simplemente nos escapamos a las islas afortunadas y… ¿qué sentido tiene si no os lo cuento para daros envidia?
Tengo la enorme suerte de dejar atrás el frío que ha comenzado a instalarse en Gasteiz durante unos días con un paroncito para recargar la batería. La playa es mi debilidad y me gusta siempre, pero en invierno más. Es alucinante que a tan sólo unos kilómetros del gélido norte puedas ir en tirantes y cholas y bañarte a 25º…
Después de un divertido sábado en la Peña Euskalherria de Burlada (mila esker Zeru!!) haciendo pan como valientes en un horno de gas estoy a punto de cerrar una maleta que inspira calor y descanso. Un descanso que también van a tener nuestros hornos, aunque seguro que muchos de vosotros combatiréis el fresquete con ese dinámico ejercicio que es amasar
Os contaremos nuestras andanzas si la arena nos lo permite, jejeje…¡¡Nos vemos a la vuelta!!
P.D.: Y qué difícil es hacer en pleno enero una maleta para el paraíso…