El horno de Sergio

La vida me come… Menos mal que a veces tienes la suerte de poder escaparte unos días y, aunque sepas que la vida te esté esperando a la vuelta para comerte de nuevo, como dirían por ahí, que me quiten lo bailao! En 220º ya estamos a tope con nuevos cursos y nuevos alumnos y con muchas ganas de descubrir nuevos rincones como el que hemos visitado estos días en Castro Urdiales. Sergio fue uno de los alumnos del primer grupo de panarras que inauguró nuestra escuela, allá por el 11 de diciembre del año pasado. Una persona con muchos, muchísimos conocimientos de panadería y más ganas de aprender. Su ilusión era dejar su trabajo para montar una panadería. Y, unos meses después, lo ha conseguido. Desde junio, Sergio es el flamante panadero del horno Labeko. ¡¡Bienaventurados seamos los locos!!

El garaje de su casa es ahora un impecable obrador de panadería donde Sergio cuida sus masas con cariño. De alguna manera, me siento identificada con él porque su anterior profesión nada tenía que ver con esto. Sin embargo, cada vez estoy más convencida de que la masa madre te atrapa y, en su caso, lo ha hecho hasta el punto de querer dedicarse a la panificación profesional, poco a poco, sin prisas. Enseguida se movió aquí y allá para comenzar a vender sus panes ylas tiendas Ekologika (Santutxu), Kresala (Bilbao), Ekoizan (Bilbao) y Txirivita (Santurtzi)son los lugares donde podéis degustar ejemplos de sus hogazas, ciabattas y baguettes.

Panes profesionales, con sabor y aroma a deliciosa masa madre y un greñado que estoy por contratarle para que me dé unas clases!! Y un espacio que huele a harina, que él ha llenado de ingenios que sustituyen a aparatos profesionales y que le ve trabajar por las tardes y tempranísimo por las mañanas (a las 5am, nada menos…).

Desde que abrí la escuela, los alumnos bilbaínos que han pasado por aquí se quejaban de que no encontraban un sitio en Bilbao donde encontrar buen pan. Bueno, pues aquí esta Sergio para solucionarlo. En su cabeza ya urde un plan para ampliar la variedad, así que lo mejor será que corra la voz para que sus panes lleguen a todos los amantes del buen pan. Y, por qué no decirlo, yo me siento un poquito orgullosa de que alguien como él pasara por la escuela y espero que mis conocimientos también le hayan ayudado en este proyecto. ¡Enhorabuena Sergio! (y gracias por al cena… )