’220º es un sueño hecho realidad’… Ésta suele ser una frase que me repito muy a menudo. Por una parte, porque es cierta. Por otra, porque es un arma eficaz contra el canguelo que te entra cuando emprendes algo nuevo. Después de muchos meses de idear un proyecto, conseguir apoyos, llamar a miles de puertas, deseperarnos y volver a ilusionarnos… ¡aquí estamos! Con una obra en ciernes, estrenando blog y con muchas ganas de enseñar y aprender.

¿Cómo comenzó todo? Con la típica frase de ¿te imaginas si….?. Imaginábamos enseñar a hacer pan y repostería mientras nos comíamos nuestras creaciones en comidas y cenas con amigos y mucha gente nos decía deberíais dedicaros a esto. Imaginábamos enseñar cosas que son muy sencillas y que aportan muchas satisfacciones. Imaginábamos clases divertidas y personas con ganas de aprender. Una excedencia en un trabajo, unos meses en Edimburgo y el reencuentro con el horno de mi casa hicieron el resto. Eso y el apoyo incondicional de Luis, Mónica y Simón, de mi familia y mis amigos, de los chicos de Satori y de todas aquellas personas que desde el principio pensaron que 220º era una buena idea y me dieron el empujón para emprenderla.

¡Bienvenidos!